En días pasado volvimos con Arturo a hacer el recorrido por detrás de la represa y aunque estuvo chevere y nos fue bien, debo advertir que hay varios cambios en la ruta, lo que nos dificultó un poco el recorrido.
Los terratenientes de la zona han puesto varios cerramientos de alambres y estacas, incluso uno tuvo a bien sembrar papá en plena carretera, por lo cual el camino es de pura tierra por ahora, a futuro serán matas de papa y no sabe bien por donde se va a menos que se conozca bien la ruta. Incluso Arturo que tiene una memoria prodigiosa se perdió.
Para rematar, a la altura de la antena repetidora el celador de turno deja suletos 3 perros que pueden hacerle pasar un mal rato si los alcanzan.
La ruta es buena pero hay que hacerla a conciencia de que pueden evitarles el recorrido en algún momento.
Para rematar, una buena dosis de empanadas y coca-cola fría en delicias Olivar es otra excelente excusa para pagar el peaje y sudarla en el recorrido.
